Madrid, 21 de julio de 2015 – Volvió a ocurrir. Una mascota fue tratada como un equipaje más durante un vuelo y murió por un golpe de calor. Un caso que reclamador lleva denunciando desde finales del año 2013 y que por fin se resolverá en un juicio el próximo 24 de julio, en el Juzgado Mercantil 1 de Sevilla, a las 12h.
El 17 de agosto de hace ahora dos años, en el vuelo de Palma de Mallorca a Sevilla, Cristina García viajaba con su novio y con los tres perros de su hermana, bulldogs franceses: Norah, de tres años, Ronny, de dos, y Happy, de un año y medio. Los tres, como es habitual, fueron “facturados” cual maletas y trasladados en sus trasportines a las bodegas de un avión de Air Europa. Pero sólo llegaron vivos Ronny y Happy y no en buenas condiciones. Norah, desafortunadamente, no sobrevivió al vuelo y el veterinario certificó su muerte por un golpe de calor. Los otros dos animales se salvaron por escasos minutos, teniendo que se reanimados al recibirlos en el aeropuerto de San Pablo.
Por ley, un perro es igual que una maleta. La responsabilidad de las compañías aéreas en el transporte de animales es la misma que en supuestos de transporte de equipaje normal, con indemnizaciones de hasta 1.300 euros, cantidad que sólo puede incrementarse si se acredita que ha habido extrema negligencia por parte de la compañía, lo que sucede en el caso de Norah.
Por ello, después de gestionar varios casos de mascotas fallecidas durante los vuelos con diferentes aerolíneas, reclamador lanzó el pasado año, a través de un vídeo y de change.org, la campaña de recogida de firmas 'Reclama conmigo' para pedir una regulación mundial del transporte de mascotas. La petición ha superado las 83.600 con el objetivo es conseguir que la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) regule el transporte de los animales en los vuelos, y que éstos no sean tratados como una maleta más. Se puede acceder a ella a través de: reclamador.es/reclama-conmigo/
Además, cientos de usuarios han protestado en las redes sociales por el lamentable estado en el que salen sus animales de compañía, perros y gatos fundamentalmente, de las bodegas de los aviones, con secuelas de por vida, mostrando así su apoyo a reclamador.
Por último, Pablo Rabanal, CEO de reclamador, explica que “en este caso lo que menos importa es el dinero. Llevamos casi dos años denunciando la necesidad de regular algo tan sencillo como un transporte digno para un ser vivo, que no tiene que ver con denunciar a una aerolínea concreta, sino con exigir una regulación internacional específica, inexistente a día de hoy. Tanto Cristina como nosotros hemos decidido llevar el caso hasta sus últimas consecuencias para conseguir la mayor notoriedad posible y que la gente sea consciente del problema”.