Madrid, 22 de octubre 2015 – Air Europa indemnizará con 1.410€ a Cristina García Iglesias, cuya mascota falleció por un golpe de calor en uno de los vuelos de la compañía. Un caso que reclamador lleva denunció a finales del año 2013 y que se ha resuelto en un juicio en Sevilla, tras la negativa de la aerolínea a compensar a la pasajera cuando ocurrieron los hechos.
La pasajera junto con reclamador, han reclamado a la aerolínea del grupo Globalia una indemnización de 3.000€ en concepto de daños materiales y morales por el fallecimiento de su mascota, y si bien el juez ha desestimado todas las alegaciones de la compañía para eludir su responsabilidad por el siniestro, la indemnización ha sido reducida al aplicarse de forma estricta el límite de responsabilidad para los supuestos de pérdida de equipaje, que está fijado en 1.400€, equiparando de este modo a un animal con una maleta.
Así, el juez explica en la sentencia que “el derecho individual a la indemnización previsto en el artículo 22 del Convenio de Montreal, es un derecho que corresponde a cada pasajero por los daños que se pudieran ocasionar en los objetos que se encontraban en su equipaje (…)”, sin tener en cuenta que un animal no puede equiparse a un bulto por las especiales connotaciones emocionales que tiene en relación a si dueño.
El 17 de agosto de hace ahora más de dos años, Cristina viajaba con su novio y con los tres perros de su hermana, bulldogs franceses: Norah, de tres años, Ronny, de dos, y Happy, de un año y medio. Los tres, como es habitual, fueron trasladados en sus trasportines a las bodegas de un avión de Air Europa. Pero sólo llegaron vivos Ronny y Happy. Norah, desafortunadamente, no sobrevivió al vuelo y el veterinario certificó su muerte por un golpe de calor. Los otros dos animales se salvaron por escasos minutos, teniendo que se reanimados al recibirlos en el aeropuerto de San Pablo.
La responsabilidad de las compañías aéreas en el transporte de animales es la misma que en supuestos de transporte de equipaje normal, con indemnizaciones de hasta 1.400€, cantidad que sólo puede incrementarse si se acredita que ha habido extrema negligencia por parte de la compañía, lo que sucedió en el caso de Norah.
Por eso, después de gestionar varios casos de mascotas fallecidas durante los vuelos con diferentes aerolíneas, reclamador lanzó el pasado año, a través de un vídeo y de change.org, la campaña de recogida de firmas 'Reclama conmigo' para pedir una regulación mundial del transporte de mascotas. La petición ha superado las 84.000 con el objetivo de conseguir que la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) regule el transporte de los animales en los vuelos, y que éstos no sean tratados como una maleta más. Se puede acceder a ella a través de: reclamador.es/reclama-conmigo/.
De este modo, para minimizar al máximo los posibles problemas que causaría un viaje en avión, la campaña solicita un espacio especialmente acondicionado para las mascotas, con temperatura y nivel de ruidos adecuados y que el propietario pueda visitar o supervisar cómo se encuentra el animal (por ejemplo, perros enfermos que necesitan de medicación, mascotas de avanzada edad…).
Al respecto, Cristina García, explica que “por fin se ha hecho justicia con Norah, tras dos años luchando contra con la aerolínea. Estoy contenta por lo que he logrado junto a reclamador, pero el dinero no lo es todo y tengo una sensación agridulce, ya que no podemos evitar que vuelvan a repetirse situaciones como la mía, y por lo tanto, nuestras mascotas no pueden viajar en condiciones seguras en los vuelos”.
Por su parte, Pablo Rabanal, CEO de reclamador, indica que “desde reclamador no vamos a parar de denunciar la necesidad de regular un transporte correcto para los animales en los vuelos, que pasa por exigir una regulación internacional específica, inexistente actualmente. Un ser vivo no puede ser equiparado a una maleta, ni en el trato ni en lo que en compensaciones económicas se refiere, por lo que seguiremos luchando por alcanzar un cambio en esta normativa”.