Madrid, 2 de julio de 2015 – Las demandas por despido injustificado aumentan durante el verano debido al gran número de contratos de empleo que se rescinden sin motivo aparente como pueden ser: el no querer pagar el sueldo durante las vacaciones y ahorrarse la ‘extra’. Por ello, reclamador ha elaborado un decálogo con las excusas más comunes que utilizan las compañías para llevar a cabo sus destituciones de personal. Y es que las empresas buscan todo tipo de evasivas para ahorrarse unos euros.
A finales de junio o a principios de julio, según la empresa, muchos trabajadores reciben la paga extra de verano. Es un recibo salarial adicional a las doce mensualidades habituales del empleado y muy esperado por los usuarios. Sin embargo, las empresas, utilizando la pillería, despiden a empleados para no tener que proceder al abono de este honorario cuando llega el momento de hacerlo.
El periodo vacacional, según el convenio, conlleva el pago del salario. Por lo que, con el despido, las compañías intentan ahorrarse un salario del que no “perciben trabajo”.
La disminución del rendimiento durante el horario laboral es otro motivo frecuente de despido. ¡Ojo! La empresa puede alegar que el trabajador ha bajado su ritmo de trabajo debido a que realiza otras actividades en su tiempo libre. Así que hay que ser cauteloso con los comentarios que se realizan tanto entre compañeros como con superiores que luego puedan ser utilizados en contra del mismo trabajador.
Las faltas repetidas e injustificadas de puntualidad o asistencia al centro de trabajo son motivo de un despido disciplinario. El primer caso supone retrasos o ausencias durante el horario laboral y el segundo suponen la no realización de tareas, que pueden llegar a utilizarse como motivo de despido. Reclamador matiza que, si el despido, además de por impuntualidad y no asistencia al centro de trabajo, es por la mala conducta del propio trabajador, la indemnización que le correspondería a éste sería nula.
Hay empresas cuyos picos de producción experimentan una notable caída en la época veraniega. Llegado el momento, hay empresarios que no dudan en despedir a parte de su personal para volver a contratarlos tras el verano.
Acaba el colegio y muchos padres piden una reducción de la jornada para poder conciliar la vida profesional con la personal y atender a sus hijos. Una medida con la que algunos empresarios, una vez más, están en desacuerdo y que utilizan como excusa para invitar a salir por la puerta a sus empleados.
Otro tipo de despido veraniego es dar de baja a los trabajadores a finales de julio para volver a contratarlos a principios de septiembre, con lo que durante un mes las empresas se ahorran los costes sociales y el pago de las vacaciones. Una práctica que ha sido denunciada reiteradamente por los inspectores de trabajo.
Conductas como insultos, pérdida de confianza por parte del empresario --aunque no causen daño directamente a la empresa ni repercutan negativamente en ella-- y la embriaguez, si quedan probadas (ejemplo un trabajador cuyo empleo esté relacionado con la conducción) son otros de los motivos de despido en verano.
En un claro abuso de poder, hay empresas que quieren trasladar a un trabajador a otro centro de trabajo, que implica que éste deba cambiarse de residencia, y ante la negativa del empleado lo despide. Se puede denunciar este hecho cuando un trabajador no haya sido contratado específicamente para prestar sus servicios de manera itinerante.
Por último están los despidos de los trabajadores de las subcontratas, los cuales se repiten cada año. Suelen darse con personal de colegios y empresas de seguridad, que al ver disminuidos los servicios que prestan proceden a cesar a empleados para contratarlos cuando aumentan la demanda de sus labores.
En este sentido, Mónica Méndez, especialista en asesoría laboral de reclamador, explica que “muchas empresas se ven obligadas a despedir porque en algunos sectores baja mucho la productividad y la demanda de servicios. Se encuentran con que hay poco capital circulante y no quieren incurrir en más gastos. Hay que tener en cuenta que el objetivo de la empresa es siempre buscar el máximo beneficio, y la temporada vacacional es la mejor coyuntura para ahorrar en gastos de personal”.
Méndez añade que “las empresas cuentan con muchos recursos para decidir quién, cuándo y cómo es más rentable despedir. Pueden planificar con antelación sus próximos despidos, siempre con el fin de beneficiarse. Es por ello que a veces para el trabajador despedido no será ni el mejor momento temporal ni económico. Así que un trabajador que sea despedido por sorpresa durante este verano debe ponerse en manos de profesionales y denunciar lo antes posible ya que el plazo para reclamar es de 20 días”.