Mientras que el bitcoin es una moneda virtual, el blockchain funciona como la base del sistema al almacenar toda información sobre las transacciones o intercambios realizados a través de él y transmitirla entre usuarios sin revelar sus identidades.
Se puede explicar también como un sistema de garantía, en español se conoce como cadena de bloques. Su historia se remonta al planteamiento de Satoshi Nakamoto en 2009 en el artículo Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System que proponía disminuir costos y riesgos de las transacciones digitales con un sistema de intercambio encriptado que sustituyera el uso de monedas físicas y prescindiera del intermediario financiero.
Una de las dificultades era garantizar que cada propietario usara cada bitcoin una sola vez. Ante ello, la cadena de bloques actúa como registro de cada transacción.
Precisamente, el bitcoin se enmarca en la economía colaborativa de transacciones entre personas sin intermediarios. Pero carece de emisor central o respaldo a la usanza de las monedas tradicionales.
Cambio de moneda sin fronteras
La tecnología se sustenta en la existencia de firmas digitales desde los años setenta y en la popularidad que comercio y pagos electrónicos tenían ya en 2009. La aparición del bitcoin capturó la atención del sistema económico por los efectos que podría tener en el futuro de las finanzas internacionales. Pero ahora la atención se centra en la cadena de bloques.
El blockchain garantiza las transacciones en nodos sin transferir información personal de los usuarios, es un registro de intercambios válidos que mantiene separados la identidad de la cuenta y su titular.
Consiste literalmente en un bloque o nodo de información que se suma a una cadena de validación. Esas validaciones impiden la reutilización de monedas porque la cadena rechaza el doble uso por parte de un usuario.
El procedimiento se realiza como sigue: la red recibe información sobre las transacciones entre usuarios y comienza a confirmarlas a los 10 minutos en un proceso de mining (minería) donde se confirma que el usuario no haya gastado ya el bitcoin y acepta la transacción incluyéndola en el blockchain que vuelve a transmitirse al sistema, fresh casino.
El bitcoin tiene principios fundamentales que incluyen su límite máximo de 21 millones de unidades, uso de código abierto, ausencia de limitaciones a la participación, así como anonimato de los usuarios y que los pagos son irreversibles e imborrables.
Uno de sus éxitos ha sido precisamente conservar el anonimato de sus usuarios y su fiabilidad contra el fraude. Pero las dudas sobre el sistema residen en la posibilidad que puede ofrecer para evadir impuestos o lavado de dinero, así como el efecto de posibles ataques a la cadena de verificación.
Como conclusión, podemos decir que la cadena de bloques resulta atractiva para el negocio financiero tradicional por su ventaja de no transmitir las identidades pese a la garantía de almacenamiento y transferencia de información.