Slamming es un término inglés que se usa para referirse al cambio de una compañía sin la autorización expresa del cliente, usando el fraude como método.
Hay que tener en cuenta que generalmente quien es víctima de slamming no lo sabe hasta que:
- Deja de recibir servicio de la anterior compañía habitual, y al llamar a esta le confirman que su servicio ha pasado a otra compañía de la competencia, de la que ya es cliente.
- Recibe facturas de una compañía que no ha contratado.
- La compañía operadora original llama directamente al cliente con el objeto de realizarle una contraoferta porque tiene constancia de que se ha pasado a otra compañía de la competencia.
¿Por qué ocurre el slamming?
El slamming tuvo un especial auge cuando el Gobierno de 2001 dejó que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) emitiera la circular 1/2001 de 2 de junio, en la que prohibía al operador de acceso la verificación de cada una de las preasignaciones que solicitara cualquier empresa.
El slamming por aquel entonces ya existía, pero eso fue el caldo de cultivo para que la competencia se armara de impunidad legal. Originariamente el slamming se restringía a la telefonía, pero con la liberalización energética, se ha ampliado a las de gas y electricidad.
Guía breve para evitar ser una víctima de slamming
1. Solicitar al operador de comunicaciones que excluya los datos personales en la guía de teléfono con el objeto de no permitir la venta directa.
2. Al participar en sorteos y promociones y se soliciten datos personales, no autorizar el uso de los mismos (debe aparecer esa opción), especialmente en los concursos en lo que se participa de manera espontánea, como los que se cumplimentan en supermercados, estaciones de metro, etc.
3. Ejecutar las mismas acciones preventivas en el momento de firmar cualquier contrato, independientemente de lo que sea (de suministros, de viajes, de instalación de una lavadora…) y leer siempre la letra pequeña.
4. Tener especial cuidado al registrarse en los sitios de internet. Muchas páginas conllevan la necesidad de registrarse para acceder a sus contenidos con la excusa de que se debe formar parte de la “comunidad”. No facilitar, en estos casos, más que los imprescindibles (nombre, email), nunca los comprometedores, como el DNI. Los big data y el cruce de datos que facilitan softwares muy potentes pueden obtenerlo "todo" a partir de un solo número, como el del DNI.
5. Al recibir una llamada por número oculto, no se debe responder. Obtienen datos en esta llamada de horarios, datos personales y, en el peor de los caso, una aceptación por parte del consumidor del contrato.
6. Si desean venderle algo por teléfono o “hacerle una encuesta” no deseada, pida que borren su registro de su base de datos.