Deducción y reducción fiscal. Dos términos que se utilizan en no pocas ocasiones como sinónimos, pero no lo son. Ambos conceptos hacen referencia a dos términos fiscales diferentes. Así, ya hemos respondido a la pregunta que nos ocupa en esta ocasión. Deducciones y reducciones fiscales no son lo mismo, pero sí tienen un nexo común y, de ahí, que en ocasiones se utilicen indistintamente.
Ese nexo que une las deducciones y reducciones es que ambos conceptos reducen la tributación de los contribuyentes. Se trata de beneficios fiscales que bien aumentan la devolución del impuesto correspondiente o bien reducen el importe del pago del impuesto correspondiente.
Veamos ahora en qué se diferencian en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).
Qué son las reducciones fiscales
Como su propio nombre indica, las reducciones fiscales sirven para reducir la base imponible del impuesto, sobre la que se aplicará luego el tipo impositivo correspondiente a cada contribuyente que nos dará la cuota del impuesto.
Así, la base liquidable general será el resultado de restar de la base imponible general las siguientes reducciones:
- Tributación conjunta
- Las aportaciones y contribuciones a sistemas de previsión social (planes de pensiones, mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados, planes de previsión social empresarial, seguros de dependencia severa o de gran dependencia)
- Aportaciones y contribuciones a sistemas de previsión social constituidos a favor de personas con discapacidad
- Las aportaciones a patrimonios protegidos de las personas con discapacidad
- Reducciones por pensiones compensatorias y anualidades por alimentos
- Reducción por aportaciones a mutualidades de previsión social de deportistas profesionales y de alto nivel
Estas reducciones se aplicarán por el orden relacionado y no podrán dar como resultado una base imponible general negativa.
Obtenida la base liquidables, aplicaremos las escalas -general y autonómica- y obtendremos la cuota íntegra del impuesto a la que aplicaremos las deducciones correspondientes.
Qué son las deducciones fiscales
Como explicábamos, si no existieran otros conceptos, esa cuota íntegra sería el resultado final de la declaración de la renta. Pero aún es posible, en esta fase, rebajar la factura fiscal si resulta aplicable alguna deducción estatal o autonómica.
Entre las deducciones estatales encontramos las siguientes:
- Deducción por inversión de vivienda habitual
- Deducción por incentivos y estímulos a la inversión empresarial en actividades económicas, en estimación directa y estimación objetiva
- Deducciones por donativos y otras aportaciones
- Deducción por rentas obtenidas en Ceuta y Melilla
- Deducciones por aportaciones para la protección y difusión del Patrimonio Histórico Español y del Patrimonio Mundial.
- Deducción por alquiler de la vivienda habitual.
Si restamos a la cuota íntegra las deducciones estatales y autonómicas correspondientes obtendremos la cuota líquida a la que podremos aplicar, además, las siguientes deducciones:
- Deducción por doble imposición internacional:
– Por rentas obtenidas y gravadas en el extranjero
– Régimen de transparencia fiscal internacional
- Deducción por doble imposición en los supuestos de imputaciones de rentas por la cesión de derechos de imagen
Restadas de la cuota líquida las deducciones anteriores obtendremos la cuota resultante de la autoliquidación a la que restamos las retenciones, ingresos a cuenta y pagos fraccionados que nos dará como resultado la cuota diferencial.
En este punto de la liquidación del impuesto es donde se aplica las deducciones finales cuyo resultado nos dará el resultado de la declaración. En esta última fase final es donde nos encontramos con las siguientes deducciones:
- Deducción por maternidad
- Deducciones por familia numerosa
- Deducción por ascendientes con discapacidad a cargo
- Deducciones por descendientes con discapacidad a cargo
j p dice
mas claro que un cuatrimestre con la profesora de tributario. me cago en diez.